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"España cada vez tiene más peso en la Unión Europea"
“España cada vez tiene más peso en la Unión
Europea”
Embajadora de Alemania en España
Maria Margarete Gosse
Maria Margarete Gosse (Múnich, 1962) es la nueva embajadora de la República Federal de
Alemania en España, en sustitución de Wolfgang Dold, destinado a México. Con experiencia
diplomática en diversos países –fue cónsul en Barcelona entre 1996 y 1999– y en los servicios
centrales del ministerio federal de Relaciones Exteriores, Gosse es la primera mujer que encabeza
la representación diplomática de Alemania en España. Ha concedido su primera entrevista a La
Vanguardia.
- Usted fue cónsul en Barcelona a finales de los noventa. ¿Veintitantos años después, cuál es su imagen de España?
- Tengo una imagen muy positiva que he reforzado durante estos años, puesto que también tengo vínculos familiares con España. Veo un país que tiene un potencial enorme, un país que quizás
podría estar más orgulloso de sí mismo.
- La invitación del canciller Olaf Scholz al presidente Pedro Sánchez para participar, el pasado martes, en una reunión del Gobierno federal alemán, ha llamado mucho la atención. En la anterior crisis económica, la crisis iniciada en el 2008, el jefe del Gobierno español no recibió ese trato.
¿Estamos ante un eje Alemania-España?
- Por razones históricas que usted comprenderá, la palabra eje no me gusta mucho. Pero sí, se están creando unas relaciones más estrechas entre Alemania y España. La invitación del canciller
Scholz al presidente Sánchez es una muestra de ello. El peso de España en la Unión Europea está creciendo y también está creciendo la confianza entre Alemania y España.
- ¿Podríamos hablar de una amistad reforzada?
Sí, efectivamente.
- Esa amistad reforzada también parece un mensaje a Francia: “Sed máscooperativos”.
- Usted se refiere seguramente al gasoducto del Midcat. Yo no lo interpretaría exactamente así. La reanudación del Midcat forma parte de un plan auspiciado por el canciller Scholz para ampliar y
fortalecer las redes de transporte de energía en Europa. El proyecto Midcat tiene su historia y sus avatares [fue suspendido hace tres años y medio por decisión de los organismos reguladores de
Francia y España, con oposición de Portugal] y en estos momentos, ante la gravedad de la crisis energética, el canciller lo apoya muy claramente. Francia hasta ahora se niega a reemprender el
proyecto, y no es mi misión comentar sus razones. Bueno, estamos en una fase de diálogo. Hace falta seguramente más discusión, pero la idea de reforzar las redes de transporte de energía en
Europa es hoy compartida por Francia, Alemania y España.
- También está en estudio la aplicación a escala europea de un
amortiguador del precio de la electricidad. ¿Se seguirá la senda de la excepción ibérica?
- Está en estudio. No soy experta en el sector de la energía. Hay que estudiar muy bien las intervenciones en el mercado y ver quienes al final pagan la cuenta. El Gobierno alemán cree que
hay que actuar rápidamente para hallar una solución.
- Más Alemania-España: en octubre tendrá lugar una cumbre entre ambos gobiernos. ¿Cuál será la agenda de esa reunión?
- Evidentemente, el tema central de la cumbre hispano-alemana de octubre será la crisis derivada de la agresión rusa a Ucrania. Los temas de política exterior y defensa serán muy importantes,
claro está, pero también vamos a desarrollar un plan de acción hispano-alemán con muchos más temas.
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, el tema de la cohesión social, de la economía sostenible o de una Europa más resiliente. Y también se trata, por supuesto, de intensificar nuestra colaboración en la política exterior, la política de desarrollo y seguridad.
- El pasado lunes, el canciller Scholz pronunció una importante discurso en la Universidad Carolina de Praga. Se ha hablado mucho de esa conferencia en la prensa europea. Podríamos decir que es el programa alemán para la Unión Europea de las próximas décadas. Ampliación de la UE, quizás hasta treinta países, 500 millones de habitantes, introducción gradual del voto de mayoría en la Comisión Europea, redefinición del Parlamento Europeo, gestión estratégica de la energía y de los minerales
imprescindibles para las nuevas tecnologías..., un verdadero programa de gobierno para Europa. Pero en esa conferencia no hubo ninguna referencia al sur de Europa y al norte de África.
- Tenga usted presente que la conferencia se pronunció en Praga, en el este de Europa, muy dirigida a los estados que aspiran a formar parte de la Unión. Es un discurso de largo alcance que
habla de la ampliación y de la reforma de los mecanismos de gobernanza para que esa Europa ampliada sea manejable. Evidentemente, a Alemania le interesa el norte de África. Se lo puedo
asegurar. Acabamos de normalizar nuestras relaciones con Marruecos. La semana pasada nuestra ministra de Exteriores estuvo en Marruecos.
- Quisiera volver a Francia. Quizá Francia, potencia nuclear, sienta su orgullo herido por la decisión alemana de prescindir de la energía atómica.
- Estamos en un momento de ajustes. Todos estamos ajustando posiciones. La dependencia alemana del gas ruso está bajando y está bajando mucho. Hace un año, Alemania compraba a
Rusia el 55% del gas. En junio habíamos bajado al 26%. En otoño ese porcentaje será menor. Tenemos buenas reservas de gas de cara el invierno, mejores que el año pasado. En el mar del Norte se está trabajando a gran velocidad para poder disponer de plantas de regasificación. Vamos más deprisa de lo que creíamos y afrontamos el invierno con algo más de tranquilidad.
Pero nos vemos obligados en una fase de transición a tomar decisiones imprevistas. Estamos quemando más carbón, por ejemplo. Y estamos reflexionando sobre la energía atómica. Quizá debamos mantener algunas centrales nucleares abiertas más tiempo de lo previsto. Eso todavía está en discusión. Pero también quiero explicar que Alemania sigue siendo absolutamente fiel a sus compromisos para obtener la neutralidad climática en el 2045.
- ¿Cuál es hoy el estado de ánimo de la sociedad alemana? ¿Hay visiones apocalípticas, como en España?
- Le puedo asegurar que en Alemania no hay un ambiente apocalíptico. En Alemania preocupa mucho la inflación y se están discutiendo medidas de ayuda para quienes más lo necesitan. Yo
diría que en estos momentos en Alemania hay un ambiente de realismo sobrio.
- ¿Y la oposición cómo se comporta en Alemania?
- Se comporta como debe comportarse una oposición: la oposición de centro en Alemania crítica al Gobierno y a la vez colabora en la búsqueda de soluciones sin rehuir el entendimiento.